
(18 de Enero254.)
I. El Evangelio nos habla del hombre que tenía una mano seca (Marcos 3, 1-6), aquien Jesús cura; solamente le dijo: extiende tu mano.
La extendió, y su manoquedó curada. Todo es posible con Jesús. La fe nos permite lograr metas quesiempre habíamos creído inalcanzables, resolver viejos problemas personales ode una tarea apostólica que parecían insolubles, echar fuera defectos queestaban arraigados. La fe es para vivirla, y debe informar las grandes ypequeñas decisiones; y, a la vez, se manifiesta de ordinario en la manera deenfrentarse con los deberes de cada día.
No basta con asentir a las grandesverdades del Credo, tener una buena formación quizá; es necesario vivirla,practicarla, ejercerla, debe generar una “vida de fe” que sea, a la vez, frutoy manifestación de lo que se cree. Dios nos pide servirle con la vida, con lasobras, con todas las fuerzas del cuerpo y del alma.
II. El ejercicio de la virtud de la fe en la vida cotidiana se traduce en loque comúnmente se conoce como “visión sobrenatural”, que consiste en ver lascosas, incluso las más corrientes, lo que parece intrascendente, en relacióncon el plan de Dios sobre cada criatura en orden a su salvación y a la de otrosmuchos.
La vida cristiana, la santidad, no es un revestimiento externo querecubre al cristiano, ignorando lo propiamente humano. De ahí que las virtudessobrenaturales influyan en las humanas y hagan del cristiano un hombrehonrado, ejemplar en su trabajo y en su familia, lleno de sentido del honor yde la justicia.
La fe está continuamente en ejercicio, y la esperanza, y lacaridad... Ante problemas y obstáculos, el Señor nos dice: extiende tu mano.Examinemos hoy cómo vamos de “visión sobrenatural” ante los acontecimientosdiarios.
III. La fe nos llevará a imitar a Jesucristo, que fue “perfecto Dios y perfectohombre” (Symbolo Quicumque), a ser hombres y mujeres de temple, sin complejos,sin respetos humanos, veraces, honrados, justos en los juicios, en losnegocios, en la conversación... La vida cristiana se expresa a través delactuar humano, al que dignifica y eleva al plano sobrenatural. Por otra parte,lo humano sustenta y hace posibles las virtudes sobrenaturales.
En San Joséencontramos un modelo espléndido de varón justo, vir iustus (Mateo 1, 19), quevivió de fe en todas las circunstancias de su vida.
Pidámosle que sepamos serlo que Cristo espera de cada uno en el propio ambiente y circunstancias.
Fuente: Colección "Hablar con Dios" por Francisco Fernández Carvajal, EdicionesPalabra.Resumido por Tere Correa de Valdés Chabre