DESCANSA. Karol Wojtyla ya descansa en Paz junto al Señor. El cuerpo de Juan Pablo II fue exhibido por primera vez en el Vaticano. Fue durante una ceremonia de poco más de tres horas de duración de la que tomaron parte las más altas autoridades de la Curia romana y autoridades italianas. Desde hoy los fieles podrán dar su último adiós al Pontífice polaco en la basílica de San Pedro, en el inicio del funeral público. CIUDAD DEL VATICANO.- El cuerpo de Juan Pablo II fue exhibido por primera vez en el Vaticano. Fue durante una ceremonia de poco más de tres horas de duración de la que tomaron parte las más altas autoridades de la Curia romana y autoridades italianas. En tanto, desde hoy los fieles podrán dar su último adiós al Pontífice polaco en la basílica de San Pedro, en el inicio del funeral público. El homenaje de la Curia se realizó en la sala Clementina del Vaticano. El cuerpo de Karol Wojtyla estaba vestido con los hábitos papales: túnica roja y una mitra blanca. Además, tenía el báculo de pastor -utilizado por el Pontífice a lo largo de su vida- debajo de su brazo izquierdo. Pese a su aspecto sereno, el rostro mostraba el sufrimiento que atravesó el Papa en sus últimos meses de vida. En tanto, sus manos sostenían un rosario. Dos guardias suizos custodiaban el cadáver. Por primera vez la prensa pudo ingresar a una ceremonia que antes era estrictamente privada. Este fue el primero de una serie de actos que se desarrollarán a lo largo de nueve días y fue presidido por el cardenal camarlengo, el español Eduardo Martínez Somalo, quien tiene a su cargo la custodia de los bienes papales y la organización de los funerales. “Peregrinando ante su cadáver damos gracias a Dios por los beneficios que a través de Juan Pablo II concedió a su Iglesia, e imploramos la misericordia por las culpas que nuestro pastor ha cometido debido a su fragilidad humana. Suplicamos al Señor que lo acoja en su Reino y le conceda el premio por las fatigas que sostuvo por el Evangelio”, pidió Martínez Somalo. La ceremonia concluyó con el rezo del Padrenuestro en latín, mientras el cuerpo del Papa era rociado con agua bendita. Tras ello comenzó el desfile de la jerarquía vaticana, entre las que se encontraban cardenales, diplomáticos y destacados prelados del Vaticano –incluido el argentino Leonardo Sandri-. Entre las autoridades políticas italianas se destacaron el presidente Azeglio Ciampi y el primer ministro Silvio Berlusconi. Mientras tanto, una multitud comenzó a hacer cola para ingresar a la basílica de San Pedro para despedir a Juan Pablo II. El Vaticano anunció oficialmente que el funeral público comenzará hoy a las 17 hora romana (aproximadamente las 12 en la Argentina) y se extenderá por tres días. La ceremonia oficial, a la que concurrirán de jefes de Estado de todo el mundo, está prevista para el jueves. El Vaticano informó que el antiguo ritual de confirmación de la muerte del Papa fue realizado poco antes del inicio de la ceremonia ante la Curia. En el pasado, la tradición indicaba que había que golpear con un martillo de plata en la cabeza del Pontífice mientras se pronuncia su nombre. No obstante, el comunicado de la Santa Sede se limitó a decir que el camarlengo se encargó de “determinar oficialmente la muerte del Papa”, sin especificar cómo. Las causas oficiales de la muerte El Vaticano dio a conocer ayer el certificado de defunción de Juan Pablo II, según el cual el pontífice falleció a causa de una septicemia y un colapso cardiopulmonar irreversible. El documento no sólo enumera los padecimientos del Papa, sino que además confirmó oficialmente que sufría mal de Parkinson. Además, el Pontífice padeció fallas cardíacas y renales causadas por una infección del tracto urinario. Por otra parte, el certificado dice que Juan Pablo II fue afectado por insuficiencia respiratoria causada por la traqueotomía a la que fue sometido a fines de febrero, hipertensión cardiopática, irregular flujo sanguíneo e hipertrofia benigna de próstata. La infección en el tracto urinario se diseminó a la sangre y causó una infección generalizada. El médico personal del Papa, Renato Buzzonetti, declaró en el documento -que lleva su firma- que “las causas de la muerte, de acuerdo a mi ciencia y a mi conciencia, son aquellas indicadas”. HABRA MÁS DE 2 MILLONES DE FIELES EN LOS FUNERALES Miles de fieles oraron por la memoria del Papa CIUDAD DEL VATICANO.- Más de 10.000 participaron ayer en la misa que se realizó en la basílica de San Pedro en la memoria de Juan Pablo II, en lo que fue el primer acto oficial en memoria de quien fuera jefe de la Iglesia durante casi 27 años. La plaza de San Pedro y sus calles adyacentes se vieron abarrotados de fieles, curiosos y turistas que llegaron a lo largo del día al lugar y obligaron a las autoridades a cortar el tráfico. Por otra parte, se estima que más de 2 millones de personas viajarán desde todo el mundo para tomar parte de los funerales del Pontífice. Los fieles sostenían rosarios y fotos del Papa mientras oraban por el alma de “nuestro amado Juan Pablo”. La misa comenzó con una procesión solemne del Colegio Cardenalicio, que descendió la escalinata de la basílica. Cada cardenal, con una túnica blanca y una cruz dorada en el pecho, besó el altar antes de ocupar su asiento. “Hoy, mientras lloramos por la partida del Papa, abrimos nuestros corazones a la visión de nuestro destino eterno'', dijo en su homilía el cardenal Angelo Sodano, segundo en la jerarquía vaticana. Antes, el cardenal Camillo Ruini -vicario del Papa para Roma-, realizó el anuncio formal del fallecimiento de Juan Pablo II al pueblo romano, como lo establece la tradición. En su homilía Sodano calificó al Papa como “Juan Pablo el Grande”, un título generalmente reservado a los pontífices dignos de la santidad. El cardenal no usó el título cuando pronunció la homilía y no hubo explicación por esa omisión, aunque los textos del Vaticano son considerados oficiales aunque no se lean en voz alta. Al término de la misa, el arzobispo argentino Leonardo Sandri, que se convirtió en la voz pública del Papa en las últimas semanas de su vida, leyó la tradicional plegaria dominical del mediodía, que Juan Pablo pronunció durante todo su pontificado. La multitud aplaudió cuando Sandri anunció que el mismo Pontífice había preparado la plegaria poco antes de morir y dijo que la leía con “gran honor, pero también con nostalgia”.
Fuente: