viernes, junio 05, 2009

Confirmado: fue García

Por: César Hildebrandt
Por si había alguna duda, “Caretas”, una revista que suele tener información privilegiada, la ha despejado. La revista que hoy dirige Marco Zileri apunta, con todo el énfasis que da el hecho de estar contando lo que viene de fuente insospechable, lo siguiente:

“UNA SEMANA ANTES, el martes 26 de mayo, la dirección política del Apra se reunió en Palacio de Gobierno con el presidente Alan García. La pica fue puesta en Flandes con una pregunta formulada en muchas bocas: ¿Qué significaba que los herederos de Ernesto Schütz recuperaran Panamericana Televisión?”

¡Ajá! ¡El Apra en pleno y en Palacio maquinando qué hacer frente a un proceso judicial que estaba en su último tramo! ¿Maquinando con quién, ah? Lo que “Caretas” no dice es que los mandamases del Apra fueron a Palacio a solicitud del doctor Alan García, presidente constitucional de la República.

Pero “Caretas” añade más sabor y acuarela a su crónica:

“DURANTE EL CONCLAVE EN PALACIO, el Presidente de la República dejó en claro su desacuerdo con que los Schütz volvieran a controlar los predios de Santa Beatriz... El gobierno se encontraba en una difícil encrucijada...”

¡Qué enorme dilema! ¿Cómo pasar encima de la ley con un cargador frontal sin que nadie lo advirtiera? ¿Cómo burlar el orden legal y, de paso, sacarle las castañas del fuego a un empresario hampón y servicial (tan servicial y hampón como el Schütz del maletín) y no morir en el intento? Porque en estos tiempos de periodistas ilustres que proponen la alternativa de pisotear la ley, hay, sin embargo, un mínimo de formas que cumplir.

“Caretas” nos sigue deleitando:

“En Palacio hicieron sumas y restas, políticamente hablando. El viernes, el superintendente de la SUNAT, Manuel Velarde, se reunió con el presidente García. El mismo día, el juez del duodécimo Juzgado Civil, Jorge Pajuelo Cabanillas, levantó la medida cautelar que entregó a Delgado Parker la administración del canal hace poco más de seis años. Al día siguiente, el mandatario dijo en su conferencia de prensa que le pidió a la SUNAT un “informe real y detallado de la deuda tributaria total de Panamericana”.

Todo claro. Todo expuesto. Todo quizá involuntariamente dicho en este parte de batalla de “Caretas”. La secuencia es un guión policial impecable:

1) Se reúnen los dirigentes del Apra en Palacio de Gobierno para discutir el tema de Panamericana Televisión.

2) Se decide “impedir” que Panamericana regrese a su antigua administración “a cualquier costo”.

3) El “autónomo” jefe de la Sunat, Manuel Velarde, acude al día siguiente a Palacio de Gobierno a recibir instrucciones.

4) El Presidente, un día después, habla de la SUNAT y de la deuda que Panamericana le tiene y añade que “ese dinero es de todos los peruanos”. Mismo Orson Welles del zapallal, crea así la atmósfera necesaria para la invasión marciana.

5) Dos días después, el “autónomo” jefe de la Sunat entra a Panamericana y se apodera del canal. Un pobre hombre, varias veces empleado por Genaro Delgado Parker para distintos menesteres, da la cara como testa de García. Se llama Alberto Cabello. Lo han convencido de que no pasará nada.

6) La reacción de parte del periodismo y de algunos políticos obligan al gobierno a que retroceda, a Cabello a que renuncie, a la “autónoma” SUNAT a tragarse el sapo de la indignidad (nunca Velarde fue más pobre diablo que anunciando su pasito al costado) y a los parlamentarios apristas que se quemaron defendiendo lo indefendible a desaparecer de la escena.

¿Qué hará la oposición ante tamaña confirmación de los hechos? ¿Qué hará el Congreso? ¿Y qué dirán ahora los periódicos que tienen intereses televisivos y se han pronunciado de un modo tan tibio?

Pero el gobierno ha perdido una batalla y no la guerra. No se trata de impedir que los Schütz regresen a Panamericana (este es un gobierno que protegió a Genaro Delgado, encubre tributariamente a Ivcher y se hace de la vista gorda con el mafioso Ángel González). Se trata de tomar el Canal 5. Y ahora será Indecopi el que reciba presiones, llamadas de Palacio, mediaciones turbias.

Y detrás de esto no sólo estarán García y sus cajeros. Hay otros líderes apristas -con juego propio y aspiraciones presidenciales- que están haciendo lo suyo y entusiasmando a los Cananes de esta hora. Que se cuiden los trabajadores porque ellos pueden ser los próximos timados.

Panamericana, la otrora “gran cadena peruana”, se ha convertido en una pera en dulce. Con mermelada encima.

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