Ya sea Batman, el Hombre Araña, Superman, Flash o la Mole, todos tenemos un superhéroe favorito. Todos quisiéramos ser como alguno de los personajes que con sus extraordinarias habilidades luchan todos los días por combatir el mal y por hacer del mundo un mejor lugar.
Sin duda, la admiración es la que hace que queramos ser como ellos, pues sabemos que siempre que surgen las dificultades, ellos aparecen de pronto y casi con un chasquido de dedos solucionan las adversidades.
Por supuesto, ellos siempre estarán ahí para defender al mundo. Sin embargo, en el terreno ya no de la ficción sino de la realidad, existen otros superhéroes que, más que defender al mundo, dedican sus días a defendernos "del" mundo.
Aquellos que sin vestir con capas o máscaras nos protegen, nos enseñan, y que sin miedo alguno, se lanzan a la aventura de hacer de nuestro entorno un lugar afable: nuestros padres.
La figura de un padre representa la firmeza en la estructura familiar. Comúnmente como la cabeza y el sustento que rige a los miembros, el quehacer de un padre es digna labor de un héroe.
Esta vez tuvimos la oportunidad de platicar con un ejemplo de estos tan aclamados personajes, con un súper papá, que no sólo lo es por la excelente ejecución que hace de este papel, sino porque además lo disfruta al máximo y se sirve del desempeño de este rol para realizar el resto de sus actividades.
Para el Lic. Gilberto Bañuelos fue gracias a su iniciación como padre que nació la necesidad de la que más tarde se convertiría en su vocación y profesión: la filosofía.
"Fue cuando la primera de mis hijas estuvo entre mis brazos que supe que si iba a ser el responsable de ese pequeño ser, me tendría que preparar. Fue ahí cuando decidí que era necesario el acercamiento con los libros y la filosofía".
Sin duda, la enseñanza y la formación es una de las misiones más importantes de un padre, y en palabras del mismo Gilberto, "cuando se es padre surge una entrega que te lleva a formarte para poder formar".
Para el filósofo y también catedrático, el pilar para ser un buen padre es el amor, pues es precisamente la grandeza de este sentimiento la que motiva a ser mejor para que los hijos sean mejores.
"El amor de padre es tan grande que renueva; es una forma de descubrir el pensamiento y la vida".
¡Qué mayor ejemplo de lo que es este amor que un padre que además de figurar como la autoridad, también sabe hacerlo como amigo!
"Un buen padre es el que, además de todo, sabe ser amigo, pues ¡qué mejor amigo que uno que sabes siempre estará ahí, y que pase lo que pase siempre querrá y buscará lo mejor para ti!".
Como todo, el ser padre también tiene partes más complejas que otras. "Yo, por ejemplo, lo que disfruto más es la sobremesa con mis hijas, esas charlas en las que tengo la oportunidad de conocerlas más".
Sin embargo, la paternidad no sólo está formada por estos alegres paréntesis en los que se está cerca de los hijos. Hay cosas que resultan simplemente más difíciles de enfrentar. Para Gilberto, una de éstas es ver independizarse a sus hijas.
"Además de resultar extraordinario, la verdad, duele verlos crecer; piensas que en cualquier momento te pueden dejar de necesitar".
¿Que cuándo se empieza a ser padre? Ser padre implica una tarea tan compleja que no surge mágicamente cuando el hijo nace, por el contrario, es desde la preparación al nacimiento, e incluso antes, que un hombre inconscientemente ya está siendo padre.
"Desde que tú vives el acto conyugal, desde ese momento, tú debes de estar abierto a la vida y saber que puedes ser padre. No te casas para tener placeres, te casas para tener responsabilidades, para dirigir un hogar (…). Es más, desde antes de casarte, uno tiene la ilusión de tener un hogar e hijos". En resumidas cuentas, desde un punto de vista antropológico, la enormidad de la figura del padre es sinónimo de refugio, pues el que es padre se convierte en un faro, en un orientador. "Yo, por ejemplo, soy el responsable de la vida de mis hijas, y lo que busco es brindarles seguridad y bienestar".
Al ser muchas las magnificencias de la paternidad, también muchas son las repercusiones en la formación del ser humano. Sin embargo, el ser padre es un ejercicio complejo que incluso tiene implicaciones en el ámbito jurídico. Es decir, la paternidad no sólo recae en el ámbito familiar, pues incluso el derecho mexicano cuenta con un apartado especial dedicado a este tema.
Con el propósito de conocer un poco más sobre ello, fue que el Licenciado Francisco López, abogado en derecho familiar, amablemente explicó para yoinfluyo.com la concepción que jurídicamente se tiene sobre la paternidad.
"En el aspecto jurídico el parentesco de consanguinidad es el que existe entre personas que descienden de un mismo progenitor. Sin embargo, el problema de la paternidad es que es asumida, es decir, se presume que se sabe quién es el padre, pero sólo se sabe con certeza quién es la madre".
Se puede decir que se presumen hijos de los cónyuges "los hijos nacidos después de ciento ochenta días tras la celebración del matrimonio, así como los hijos nacidos dentro de los trescientos días siguientes a la disolución del matrimonio".
Es por ello que con respecto al padre, la paternidad se establece por el reconocimiento voluntario o por una sentencia que declare la paternidad, como lo puede ser una prueba de ADN.
"Sobre las pruebas de paternidad podemos agregar que en el caso del Distrito Federal si a un hombre se le solicita hacerse una prueba de ADN y éste se niega, automáticamente se asume que es el padre".
Por otra parte, hay que aclarar que puede reconocerse al hijo que no ha nacido. Por lo tanto, la paternidad comienza desde antes del nacimiento y, por supuesto, desde entonces conlleva una serie de responsabilidades, que compartidas con la madre, tienen como finalidad el buen desarrollo del hijo.
En fin, dentro de las múltiples tareas y hazañas que un padre debe llevar a cabo, podríamos decir que una de las principales es la de salvaguardar el bienestar de los hijos. Consejeros, guías, amigos, proveedores, mentores. Todas estas bondades dichas en una simple palabra: papá.
Así que sólo nos resta dar las gracias a todos aquellos hombres que han sido la guía de nuestros caminos. El reconocimiento a su labor resulta simplemente imposible expresarla con palabras, pues es tan grande, que el diccionario entero no incluye los vocablos necesarios. Sin más que decir, ¡feliz día, papás!
Fuente: yoinfluyo.com
Sin duda, la admiración es la que hace que queramos ser como ellos, pues sabemos que siempre que surgen las dificultades, ellos aparecen de pronto y casi con un chasquido de dedos solucionan las adversidades.
Por supuesto, ellos siempre estarán ahí para defender al mundo. Sin embargo, en el terreno ya no de la ficción sino de la realidad, existen otros superhéroes que, más que defender al mundo, dedican sus días a defendernos "del" mundo.
Aquellos que sin vestir con capas o máscaras nos protegen, nos enseñan, y que sin miedo alguno, se lanzan a la aventura de hacer de nuestro entorno un lugar afable: nuestros padres.
La figura de un padre representa la firmeza en la estructura familiar. Comúnmente como la cabeza y el sustento que rige a los miembros, el quehacer de un padre es digna labor de un héroe.
Esta vez tuvimos la oportunidad de platicar con un ejemplo de estos tan aclamados personajes, con un súper papá, que no sólo lo es por la excelente ejecución que hace de este papel, sino porque además lo disfruta al máximo y se sirve del desempeño de este rol para realizar el resto de sus actividades.
Para el Lic. Gilberto Bañuelos fue gracias a su iniciación como padre que nació la necesidad de la que más tarde se convertiría en su vocación y profesión: la filosofía.
"Fue cuando la primera de mis hijas estuvo entre mis brazos que supe que si iba a ser el responsable de ese pequeño ser, me tendría que preparar. Fue ahí cuando decidí que era necesario el acercamiento con los libros y la filosofía".
Sin duda, la enseñanza y la formación es una de las misiones más importantes de un padre, y en palabras del mismo Gilberto, "cuando se es padre surge una entrega que te lleva a formarte para poder formar".
Para el filósofo y también catedrático, el pilar para ser un buen padre es el amor, pues es precisamente la grandeza de este sentimiento la que motiva a ser mejor para que los hijos sean mejores.
"El amor de padre es tan grande que renueva; es una forma de descubrir el pensamiento y la vida".
¡Qué mayor ejemplo de lo que es este amor que un padre que además de figurar como la autoridad, también sabe hacerlo como amigo!
"Un buen padre es el que, además de todo, sabe ser amigo, pues ¡qué mejor amigo que uno que sabes siempre estará ahí, y que pase lo que pase siempre querrá y buscará lo mejor para ti!".
Como todo, el ser padre también tiene partes más complejas que otras. "Yo, por ejemplo, lo que disfruto más es la sobremesa con mis hijas, esas charlas en las que tengo la oportunidad de conocerlas más".
Sin embargo, la paternidad no sólo está formada por estos alegres paréntesis en los que se está cerca de los hijos. Hay cosas que resultan simplemente más difíciles de enfrentar. Para Gilberto, una de éstas es ver independizarse a sus hijas.
"Además de resultar extraordinario, la verdad, duele verlos crecer; piensas que en cualquier momento te pueden dejar de necesitar".
¿Que cuándo se empieza a ser padre? Ser padre implica una tarea tan compleja que no surge mágicamente cuando el hijo nace, por el contrario, es desde la preparación al nacimiento, e incluso antes, que un hombre inconscientemente ya está siendo padre.
"Desde que tú vives el acto conyugal, desde ese momento, tú debes de estar abierto a la vida y saber que puedes ser padre. No te casas para tener placeres, te casas para tener responsabilidades, para dirigir un hogar (…). Es más, desde antes de casarte, uno tiene la ilusión de tener un hogar e hijos". En resumidas cuentas, desde un punto de vista antropológico, la enormidad de la figura del padre es sinónimo de refugio, pues el que es padre se convierte en un faro, en un orientador. "Yo, por ejemplo, soy el responsable de la vida de mis hijas, y lo que busco es brindarles seguridad y bienestar".
Al ser muchas las magnificencias de la paternidad, también muchas son las repercusiones en la formación del ser humano. Sin embargo, el ser padre es un ejercicio complejo que incluso tiene implicaciones en el ámbito jurídico. Es decir, la paternidad no sólo recae en el ámbito familiar, pues incluso el derecho mexicano cuenta con un apartado especial dedicado a este tema.
Con el propósito de conocer un poco más sobre ello, fue que el Licenciado Francisco López, abogado en derecho familiar, amablemente explicó para yoinfluyo.com la concepción que jurídicamente se tiene sobre la paternidad.
"En el aspecto jurídico el parentesco de consanguinidad es el que existe entre personas que descienden de un mismo progenitor. Sin embargo, el problema de la paternidad es que es asumida, es decir, se presume que se sabe quién es el padre, pero sólo se sabe con certeza quién es la madre".
Se puede decir que se presumen hijos de los cónyuges "los hijos nacidos después de ciento ochenta días tras la celebración del matrimonio, así como los hijos nacidos dentro de los trescientos días siguientes a la disolución del matrimonio".
Es por ello que con respecto al padre, la paternidad se establece por el reconocimiento voluntario o por una sentencia que declare la paternidad, como lo puede ser una prueba de ADN.
"Sobre las pruebas de paternidad podemos agregar que en el caso del Distrito Federal si a un hombre se le solicita hacerse una prueba de ADN y éste se niega, automáticamente se asume que es el padre".
Por otra parte, hay que aclarar que puede reconocerse al hijo que no ha nacido. Por lo tanto, la paternidad comienza desde antes del nacimiento y, por supuesto, desde entonces conlleva una serie de responsabilidades, que compartidas con la madre, tienen como finalidad el buen desarrollo del hijo.
En fin, dentro de las múltiples tareas y hazañas que un padre debe llevar a cabo, podríamos decir que una de las principales es la de salvaguardar el bienestar de los hijos. Consejeros, guías, amigos, proveedores, mentores. Todas estas bondades dichas en una simple palabra: papá.
Así que sólo nos resta dar las gracias a todos aquellos hombres que han sido la guía de nuestros caminos. El reconocimiento a su labor resulta simplemente imposible expresarla con palabras, pues es tan grande, que el diccionario entero no incluye los vocablos necesarios. Sin más que decir, ¡feliz día, papás!
Fuente: yoinfluyo.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario