lunes, diciembre 09, 2013

¿De cuál Mandela estamos hablando?

Servicio Informativo "Alai-amlatina" - - -

A propósito de la muerte de Nelson Mandela
¿De cuál Mandela estamos hablando?

Jesús Chucho García

ALAI AMLATINA, 06/13/2013.-

De Madiba a Cuito Cuanevale

MADIBA, significa “padre”, en lengua xoxa, es como hasta sus noventa y 
cinco años se conocía popularmente a Nelson Rolihlahla Mandela, quien 
nació un 18 de julio de 1917. Hoy Mandela es un símbolo de la convicción 
de los mas altos ideales de la humanidad que lo llevaron a prisión en 
1962, donde paso 27 años humillantes aislado en una celda sin 
comunicación con el mundo.

En esa época de combate, de constante lucha contra el Apartheid, nadie 
daba apoyo a ese antiguo militante y solo Cuba contribuyó a formar el 
Wunkhoto We Sizwe (La Lanza de la Nación) que era el brazo armado del 
Congreso Nacional Africano. Para esa época no existían quienes hoy le 
rinden homenaje, quienes lo buscan para los flashes de los periódicos y 
medios de difusión o aquellos que buscan parecidos forzados con frases y 
oraciones bien escritas y estructuradas de sensibilidades falsas.

El actual presidente de Estados Unidos, Barack Obama, hizo un prólogo al 
último libro de Nelson Mandela “Conversaciones sobre mí mismo”, un 
prólogo bien escrito obedeciendo a una estrategia de venta de los 
editores, pero también es una búsqueda forzosa para compararse con Mandela.

No por casualidad la primera dama de USA, Michel Obama, estuvo en el mes 
de junio del 2011 en Sudáfrica y hacerse una publicidad anticipando el 
aniversario de Mandela quien estaba abatido de un cáncer de próstata 
desde el año 2001. Cuando Obama dice en el prólogo al libro de Mandela 
que “es un ser humano que eligió la esperanza sobre el miedo, y el 
progreso en vez de prisión del pasado”, pretende interpretar al estilo 
muy romántico hollywoodense de que Mandela no tuvo “temor” a morir, y 
todos tenemos temor, miedo, pero Mandela no tuvo pánico, que es 
distinto, pues, como dice Pablo Freire, todos en algún momento de 
nuestras vidas tenemos miedo, pero lo que no debe es envolvernos el 
pánico y Mandela no lo tuvo, se armó con su fortaleza interna que desde 
afuera se la daban las luchas de los movimientos de liberación de 
África, América Latina, el Caribe y el heroico Vietnam, el estímulo de 
la creación de la Organización de Estados Africanos, con la fuerza de 
Jomo Kenyata, Kwame Kruma, Sekou Toure, la solidaridad activa cubana, 
proceso que culminaría con la derrota de la invasión Sudafricana a 
Angola en 1988 con la Batalla de Kuito Kuanavale donde se selló la 
independencia total de Angola, Namibia y la desestructuración del 
régimen del Apartheid que conduciría a la libertad de Nelson Mandela en 
febrero de 1990, contando con la fuerza militar cubana, la Swapo donde 
destacan los nombres del angolano General Luis Faceira (con quien hemos 
conversado sobre estos temas) al igual con el General Cinta Frías (de 
Cuba), leyendas vivientes que lograron derrotar la “operación del 
desierto” sudafricana constituida por más de cien mil hombres contra 40 
mil entre angolanos, namibianos y cubanos. Y eso no lo reconocen ni lo 
reconocerán jamás Estado Unidos ni el actual inquilino de la casa 
Blanca. Hablar de esperanza para el caso de Nelson Mandela es hablar de 
la esperanza redimida que ese hombre sintió cuando se produjo la derrota 
del apartheid y la liberación de Namibia, como el mismo lo dijo en uno 
de sus discursos.

No me atrevo a encasillar a Mandela entre la izquierda y la derecha, lo 
considero un hombre que luchó contra el peor régimen racista que haya 
conocido la historia colonial y contemporánea en África como lo fue el 
Apartheid. El es consciente de que la mayoría del apoyo que recibió en 
los tiempos más difíciles procedió de la izquierda planetaria, no fue 
del imperialismo norteamericano, inglés, francés o israelí, pues todos 
ellos fueron cómplices de sus 27 años de prisión.

Fue un hombre que se ubicó en el contexto sudafricano donde 4 millones 
de blancos por la vía de la fuerza y la represión dominaban 18 millones 
de Xoxa, Zulu, Koishan entre otros pueblos originarios sudafricanos, más 
los migrantes hindúes como Mahatma Ghandi, quien sufrió el racismo en 
Sudáfrica. Si eso es ser de izquierda, Mandela fue de Izquierda. Se 
opuso a la guerra de Irak cuando acusó sarcásticamente al presidente de 
Inglaterra, Tony Blair, como una especie de Ministro de Relaciones 
exteriores de Estados Unidos cuando ese ex presidente justificó, al lado 
de la ONU, Collin Power y George Bush las falsedades de la posesión de 
armas nucleares que supuestamente tenía Sadan Hussein para justificar la 
invasión de parte de la OTAN.

Mandela....un sueño incompleto

La lucha de Mandela dio sus frutos políticos; en primer lugar derribó 
todas aquellas teorías falsamente científicas y moralmente 
injustificables de la incapacidad del africano para dirigir su propio 
país, teorías inventadas por el régimen del Apartheid. En segundo lugar, 
dejó un camino abierto en el poco tiempo que estuvo en la presidencia 
(1994-1999), para la reconciliación nacional, avanzar en la derrota 
contra la discriminación, el racismo, y eso no es nada fácil pues hay 
que tomar en cuenta que en solo 17 años que lleva el Congreso Nacional 
Africano en el poder, partido donde milita Mandela, no es posible acabar 
con la aberración social y psicológica acumulada por más de 400 años, 
pero se hace el esfuerzo y creemos que Sudáfrica avanzará hacia una 
sociedad más justa y equilibrada. Esos avances lo vimos cuando visitamos 
ese país hace justamente una década en el marco de la Conferencia 
Mundial contra el Racismo celebrada en la ciudad de Durban en el año 2001.

Hoy Mandela, al igual que Chávez y Fidel Castro, es un símbolo para los 
pueblos del Sur, aunque los occidentales lo han querido momificar y 
objetualizar, lo han querido convertir en un objeto de consumo y de moda 
como hicieron con el Che Guevara. Hoy más que nunca debemos revisar los 
discursos de Mándela y su agradecimiento a Fidel Castro, su condena a la 
Guerra de Irak, no podemos dejar que lo pongan en el sueño eterno de 
Martin Luther King con aquel famoso discurso de “Tengo un sueño”. Los 
sueños de Mandela por una sociedad más justa no se logró en el corto 
tiempo que ejerció el poder... la incertidumbre en la Sudáfrica 
postmandela no es muy alentadora. Hoy Mandela, junto con Graza Machel, 
ex esposa del lider mozambicano Samora Machel, también asesinado por los 
sudafricanos, son referentes para la reconciliación planetaria.

- Jesús Chucho García, desde Bamako, Mali. (La voz de Afroamérica).

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