2013.12.10 - 09:38:47 / web@radiorebelde.icrt.cu / Angélica Paredes López
Los 7 mil millones de seres humanos que habitan el Planeta debieran celebrar el Día de los Derechos Humanos. Pero, ¿acaso los 842 millones de hambrientos en el mundo, los 1 200 millones que viven en extrema pobreza, o los 774 millones de analfabetos sabrán que el 10 de diciembre de 1948 la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Declaración Universal de los Derechos Humanos?
¿Acaso los más de dos millones de niñas que son forzadas a ejercer la prostitución; los más de 33 mil infantes que mueren cada día en el tercer mundo por enfermedades curables y los otros 325 millones que no asisten a la escuela, conocerán el significado de “derechos humanos”?
Orígenes de una Declaración incumplida
Sesenta y cinco años atrás la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Su aprobación fue posible solo tras la victoria de las fuerzas progresistas sobre el fascismo y constituye, sin duda, un éxito de los pueblos en la lucha por el reconocimiento de sus derechos.
Pese a las limitaciones resultantes del momento en que se proclamó, la Declaración marcó un hito y sirvió de inspiración y estímulo al ulterior desarrollo y codificación de los derechos humanos, tanto de las personas como de los pueblos.
En 1948, al aprobarse la Declaración, ya había comenzado la llamada Guerra Fría.
Prácticamente la mitad de los actuales Estados miembros de las Naciones Unidas estaban sometidos al dominio colonial o eran simplemente neocolonias. Fue la época del surgimiento del oprobioso régimen del apartheid en Sudáfrica, a cuya derrota contribuyeron los combatientes cubanos décadas después.
Aunque el propio preámbulo de la Carta de las Naciones Unidas, proclamada en 1945, identificó entre sus propósitos el respeto al principio de la libre determinación de los pueblos, no fue hasta la década de 1960 que la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó ese principio -el de la libre determinación de los pueblos- como un derecho.
A lo largo de los años, la batalla de muchos países en desarrollo y de las fuerzas progresistas en el mundo industrializado permitió la posterior reivindicación y reconocimiento de otros derechos inalienables de los pueblos, en particular, de sus derechos a la paz y al desarrollo.
Sin embargo, los gobiernos de Estados Unidos y sus aliados siguieron manipulando el tema de los derechos humanos a su antojo y utilizándolo como herramienta de chantaje y presión contra aquellos países que, como Cuba, persisten en su derecho a la libre determinación y la independencia.
Derechos humanos en el mundo: ¿una quimera?
Los postulados de la Declaración Universal de los Derechos Humanos siguen siendo una quimera. Las naciones pobres sufren el egoísmo, la injusticia, las pretensiones de dominación, la inequidad, el derroche y el consumismo desmesurado de una minoría insensible, frente al desamparo, el hambre y la desnutrición, el analfabetismo y las enfermedades para los más de 2 600 millones de personas que se preguntan hoy, 65 años después de haberse proclamado la Declaración Universal de los Derechos Humanos, ¿por qué se les condena a vivir para siempre en la desesperanza y la pobreza?
La profunda crisis a la que el egoísmo y la irresponsabilidad han arrastrado al mundo, especialmente visible en los ámbitos financiero, alimentario, energético y climático, impacta con mayor fuerza sobre los países del Sur y sobre los más necesitados, mientras que los responsables se resisten a buscar soluciones apropiadas con tal de preservar sus privilegios.
Cuba y el respeto a los derechos humanos
Un día como el 10 de diciembre, en que se cumplen 65 años de la proclamación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, vale recordar que la Revolución Cubana, atacada con saña, bloqueada, hostigada, invadida, bombardeada, víctima del terrorismo, los sabotajes y las campañas de descrédito, que ha tenido que defenderse durante más de 50 años, lo ha hecho en el respeto absoluto a los más elevados principios de la ética.
Cuba, bloqueada y asediada por sucesivas administraciones del Gobierno de Estados Unidos durante más de cinco décadas, puede mostrar hoy avances sustantivos e irrefutables, resultados de programas y planes nacionales encaminados a mejorar las condiciones de vida de su pueblo y el disfrute de todos los derechos humanos.
Cuando arribamos a este 10 de diciembre, se abren las escuelas, los hospitales, las fábricas, los centros de investigación...
Cubanas y cubanos disfrutan de sus derechos, en un país que construye su futuro desde el presente perfectible, pero profundamente humano.
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